El suegro de Mike Leonard, empleado de Caterpillar, se enamoró de un área de Honduras llamada la Laguna de Los Micos y la convirtió en su hogar hace 60 años. Ahorró dinero por años para comprar una propiedad en la costa para pescar, cultivar la tierra y formar una familia de ocho hijos.
Hace aproximadamente 20 años, se inició el sueño de la familia de construir un resort ecológico en la costa de esta laguna. La familia, principalmente el cuñado de Leonard, Mario, siempre creyó que esta sería una inversión valiosa porque traería empleo y más oportunidades a la gente que vivía en la lejana y olvidada comunidad de Agua Chiquita.
Con la ayuda de una retroexcavadora rentada, Mario empezó la construcción en su propio terreno cercano hace cerca de cinco años y hoy tiene ya cuatro grandes cabañas, un restaurante al aire libre y una sala de conferencias en la propiedad.
Cuando notó que la retroexcavadora rentada era una herramienta indispensable para continuar con el proyecto, Leonard decidió contribuir con el sueño de la familia comprando una retroexcavadora usada certificada 420E a través del distribuidor de Cat®, Cemcol.
“Tengo que decir que todas las personas con las que traté en Caterpillar fueron de mucha ayuda. Desde los jefes de cuenta de Whayne y Walker que nos consiguieron las cotizaciones de equipos usados hasta la gente de Cat en Miami que fue de mucha ayuda con la información de máquinas comparables disponibles en Centroamérica, hasta los representantes de Cemcol en San Pedro Sula, Honduras, que nos ayudaron con el precio, la compra, la entrega y el entrenamiento en nuestra máquina” dice Leonard.
En un futuro cercano, Leonard dice que planea ayudar a la comunidad de Agua Chiquita a mejorar el camino de acceso a su lejano pueblo.
“Pero mientras tanto, simplemente disfruto de ser parte de este pueblo, visitándolo una vez al año para verlo crecer y observar cómo una pequeña máquina Cat® puede cambiar tanto la vida de una comunidad. Es grandioso trabajar para la empresa que hizo posible lo que alguna vez se creyó un sueño imposible” nos dice.
Leonard y su esposa, Maria, también han fundado una beneficencia llamada Coffee Arabica Foundation for Education, la cual usa café de una cooperativa en Honduras como su medio de recolección de fondos y ayuda a mejorar las condiciones de los niños Hondureños que viven en extrema pobreza a través de becas educativas que les permiten estudiar más allá del sexto grado.